¿Se puede gestionar la prescripción?

Publicado el 28 de mayo de 2010 por Alberto Córdoba

Si no hay mejor publicidad que la recomendación de otro cliente, ¿por qué seguimos haciendo publicidad en lugar de provocar recomendaciones?

He aquí las 6 VÍAS para conseguir recomendaciones

¿Quién es el mejor vendedor? No, no es un comercial con labia de argentino, trucos de italiano y seriedad de alemán. Tampoco es un tipo que aplica la venta por preguntas hasta quedarse él sin interrogantes y el cliente sin respuestas. No hay mejor  vendedor que otro cliente.

El 85% de los clientes dan más veracidad a la recomendación de otro cliente que a cualquier publicidad o interacción de la empresa. Sin embargo, las compañías siguen dejando la prescripción al albur de la suerte: ¿Cómo voy a poder influir en lo que dice de nosotros un cliente nuestro? Si no hay nada que impacte más en nuestra marca, ¿cómo puedo seguir sin actuar ante ello?

Y para actuar, lo primero es conocer, es saber por qué nace la prescripción. Y nace de la satisfacción, sólo si tu cliente te evalúa con más de un 8, podrá recomendarte. Pero con eso no basta. ¿Cuántos clientes vendedores dejan de serlo porque nadie les ayuda a contar su satisfacción?

La prescripción puede nacer por 6 causas:

1. Autorreivindicación. O cómo presumir ante las amigas de lo buenas que son tus compras, de lo buena, bonita y barata que te ha salido una pashmina.

2. Compromiso afectivo. O cómo te llevas tan bien con tu asesor del banco, que quieres que le vaya lo mejor posible.

3. Sentimiento de deuda.  O cómo el cliente al que le han salvado la vida al reunificar su hipoteca y bajar sus gastos financieros a la mitad, se presta a salir gratis en la radio a recomendar a un usurero.

4. Hacer grupo. O cómo todos los que se compran una Harley quedan a hacer ruido y tomar cervezas sin más motivo de unión que sentirse exclusivos.

5. Reciprocidad.  Una relación win-win de las de antes: Yo te contrato a ti y tú me contratas a mí.

6. Autoridad en conocimiento. O cómo confías tanto en alguien al que consideras experto, que serías capaz de tirarte por la venta si él lo dice o al menos, de ir a ver una película sólo porque la recomienda cierto crítico.

En definitiva, la prescripción parte de la satisfacción, pero se produce por algo más. Y para que se lleve a cabo, ¿qué puede hacer la empresa? Pues articular mecanismos que la favorezcan. No todos los clientes funcionamos igual. Pero sí hay tipologías de compras que generan más complejo de culpa (lujo, placer) o de necesidad de ser compartidas (viajes, inversión). Debemos reconocer cuál de las 6 causas es la vía natural del cliente y la vía natural del producto. Y a partir de ahí actuar.

Y ante la autorreivindicación, no hay nada cómo reconocer expresamente la gran compra realizada, culminando la experiencia del cliente. Ante la necesidad de compromiso afectivo, buscar un grado de relación personal que exceda el ámbito de confianza meramente profesional. Ante el sentimiento de deuda, tangibilizar el valor aportado al cliente. Ante la necesidad de hacer grupo, convertirse en referente de una comunidad, organizar diálogos en que participen clientes muy satisfechos. Para conseguir reciprocidad, ser tú el primero en recomendarle. Y finalmente, para ser apoyado por una autoridad en conocimiento, disponer de foros de encuentro y relación con expertos.

Son muchas las cosas que se pueden hacer. Son muy pocas las que hacemos. Empecemos por lo más cercano. Podemos conseguir tener los mejores vendedores. Y tenerlos gratis.

Satisfaccion y prescripcion

Comentarios (3)

 

  1. CLIENTA dice:

    Estoy totalmente de acuerdo en que el mejor vendedor es un cliente satisfecho que recomienda. Pero hay ocasiones en que el cliente que recomienda siente que no se le valora la creación de negocio que ha aportado.

    ¿Pensáis que se debe “premiar” siempre al que recomienda?¿En todo tipo de sectores?¿Siempre con actividades o productos de nuestro poropio negocio?

    ¿Qué otras maneras hay de incentivar la prescripción?

  2. Alberto Córdoba dice:

    Hay muchas maneras de incentivar la prescripción. Y alguna puede pasar por dar pasta. Pero hacer que algo tan bonito y desinteresado siempre pase por la pasta, lo vuelve un elemento transaccional. Lo hace feo y por tanto, reduce su eficacia.
    Por tanto, depende del tipo de cliente. “Un subastero” valorará eso, “un afiliativo o emocional” lo verán como contraproducente.
    Creo que el asunto merece un post. ¿Quieres darnos ideas, Clienta?

  3. [...] Por cierto, si quieres conocer más del tema, puedes leer sobre la actitud de prescripción en el cliente en función de su satisfacción. [...]

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