No hay mejor ejemplo de reinvención de negocio o personal que el de la película “La boda de Rosa”. Aquí desgranamos los 6 obstáculos a superar en cualquier reinvención.
La vuelta de verano nos trae a todos buenos propósitos para ser mejores. Lo hace en un momento donde la crisis del COVID-19 ha obligado a muchas empresas y a muchas personas a plantearse su futuro. Donde la aceleración de la transformación digital nos ha generado a todos la necesidad de reinventarnos. Como negocio, como trabajadores y como personas. Buena prueba de ello es que se han multiplicado por tres las búsquedas sobre reinvención.
Ejemplos de negocios y de personas que lo han hecho hay muchos. Pero ninguna forma para explicarlo mejor que el cine. Y ahora también hay una película sobre la reinvención: “La boda de Rosa”. Y es una obra maestra.
Lo reconozco, no soy objetivo; hace tiempo que siento que Icíar Bollaín es la mejor directora del mundo. Pocas como ella para entender la sociedad del momento y contárnosla con claridad, sutileza y emoción. Ahora lo ha conseguido más que nunca con esta comedia, que está logrando carcajadas y aplausos espontáneos en todos lo cines.
Así que, sin spoilear, me gustaría reflexionar sobre las 6 claves imprescindibles en una reinvención que aborda la película. 6 obstáculos que vencer para poder tener un nuevo futuro:
1. El dolor es tu motor
Cuando quieres cambiar necesitas fuerza para hacerlo. El personaje de Candela Peña tiene un motivo muy claro para cambiar: no es quien quería ser. Y eso no lo olvida en ningún momento. Igual que en el cine, no hay mejor gasolina del protagonista que la venganza. Y es que en la vida necesitas recordar lo que no quieres para hacer lo que sí quieres.
2. Tu entorno es tu lastre
Rosa se da cuenta de que mucha gente vive de ella. Su padre la necesita para cosas que podría no necesitarla. Sus hermanos, también. Su jefa, más todavía. Ha convertido sus virtudes en obligaciones con los demás. En tareas que le quitan tiempo para ser quien quiere ser. En lastre que soltar. Quien más te quiere puede ser quien más te aleje de lo que quieres. Solo si compartes con ellos tu nueva visión, ellos pasarán de lastres a impulsores de tu reinvención.
3. Tu economía no es tu modelo de negocio
Rosa tiene un salario del que no es fácil prescindir. Como Blockbuster, que tenía unos ingresos que mantener y que acabó perdiendo por no atreverse a competir contra la irrupción de Netflix. Es el eterno dilema del innovador: cómo sigo viviendo económicamente mientras me reinvento. Hoy se vive en todas las empresas. La mayoría de las empresas viven de vender productos y acabarán viviendo de dar servicios. Solo con un nuevo modelo de negocio que te permita alinearlos ya podrás llevarla a cabo.
4. Tu pasión puede ser tu oficio
Rosa ama coser. Y lo hace todos los días para otros. ¿Puedes convertir eso en una empresa? Ella lo consigue. Convierte sus fortalezas en las claves de su negocio. ¿Cuáles son tus fortalezas? ¿Y las de tu empresa? ¿Cuáles de ellas serían útiles para tus clientes? Lleva esas fortalezas más lejos y serán tu eje diferenciación.
5. Aprovecha el nuevo mundo
Rosa no se reinventa para hacer lo mismo. Ni siquiera para hacer lo mismo que el que triunfa al lado. Rosa entiende que estamos en un mundo de economía colaborativa, que su ubicación es Benicasim pero que su mercado puede ser el mundo. Y a partir de ahí, las posibilidades que da la tecnología (gratuita o no) son infinitas. Cualquier aproximación que se haga hoy debe aprovechar el enorme potencial que tiene lo digital, la integración on/off.
6. Foco pleno
Todos los obstáculos anteriores te llevan a estar sumido en la nostalgia, en tender a volver a tu modo de vida/negocio anterior. Solo con la determinación y dedicación plena que muestra Rosa se puede conseguir. Con transmitir la visión de forma tan clara como con una boda, con recordarla a diario mediante rituales, con poner a todos trabajando en ello y cobrando por ello.
La reinvención puede ser tan agradecida, desternillante y bonita como es la propia película “La boda de Rosa”. Pero debes ser consciente de que todo te lleva a ser el que eras. Como empresa y como persona. Superar esas inercias requiere tu mejor versión. Esa que buscas y que estás a seis obstáculos de poder encontrarla.
En un momento en el que la mayoría de sectores están transformando sus modelos de negocio -digitalizando y permitiéndoles estar más cerca del cliente-, el 50% de las compañías en Estados Unidos y Reino Unido aseguran haber lanzado acciones de transformación digital, pero solo entre el 10% y el 33% consideran haber alcanzado una transformación real.
Ya sea por sus 1.500 oficinas, sus 2.000 empleados dando servicio al cliente, la dispersión geográfica o los clientes B2B que imponen sus propias reglas, nos encontramos con este problema, especialmente, en las redes de ventas y servicios que atienden presencialmente al cliente, es decir, las que deciden, hoy por hoy, el 91% de las ventas.
Y es en este contexto donde, de forma paralela, las nuevas compañías nativas digitales como Amazon o Google –ágiles y capaces de adaptarse rápidamente a nuevos modelos y tecnologías o, incluso, crearlas ellas mismas- están expandiéndose a otros nuevos sectores como la salud o transporte.
Por tanto, ¿podemos permitirnos atrasar la transformación? Nunca ha sido sencilla y hoy es más apremiante que nunca. Pero ¿cómo asegurar el futuro de mi compañía? ¿Cómo seguir siendo los líderes en nuestro sector? ¿Cómo dejar de competir en precio? ¿Cómo diferenciarme y que toda mi red se mueva en la misma dirección? Conocemos el futuro, sabemos hacia dónde ir, pero ¿cómo movilizar la transformación?
Para dar respuesta a todas estas cuestiones y afrontar la transformación de grandes redes tenemos que tener en cuenta cuatro claves de éxito:
1. El cliente es el origen de la transformación: lo primero es conseguir que la unidad de negocio quiera transformarse por iniciativa propia en vez de hacerlo por imposición de “los de arriba”. Para ello, la mejor forma de lograrlo es hacerlo desde el cliente:
¿Por qué? Llevamos tiempo comprobando que la Experiencia de Cliente es una de las palancas más potentes para motivar el cambio. Al fin y al cabo, en atención al cliente, el consumidor es –y debe ser- el centro.
¿Cómo? Cada unidad de negocio mide la experiencia de sus clientes y nosotros debemos darles las herramientas, el cómo hacerlo y el resultado. Así, ellos consiguen una foto personalizada en la que obtienen “cómo me ven los clientes y qué necesitan de mí”, es decir, “dónde necesitan mi transformación”.
2. Quien implanta es la unidad de negocio: cada unidad debe empoderarse y descubrir qué camino debe seguir para lograr la transformación.
¿Por qué? Las personas que forman cada unidad de negocio son quienes visualizan la necesidad y se convierten en el motor del cambio. Y es que si no surge desde dentro, no habrá una transformación real ni a largo plazo.
¿Cómo? El líder debe hacerlo con herramientas online y offline para traccionar a su equipo y dar, así, visibilidad en la organización de sus éxitos con el cliente.
3. Un plan personalizado y remar todos en la misma dirección: partiendo de su foto individualizada, cada unidad de negocio debe disponer de un plan de acción específico -dentro de un marco común-en el que el principal objetivo sea ofrecer una experiencia consistente ante el cliente:
¿Por qué? Para que sigan un camino muy ligado al negocio, que parta de la necesidad del cliente, y les permita visualizar en lo que se van a convertir para él y cómo van a impactar en su vida.
¿Cómo? Con microcontenidos y retos continuos que no supongan actividades extra, sino transformar su día a día.
4. Medir, mejorar y escalar: es importante comenzar con un mínimo producto viable, que nos dé resultados mientras lo aplicamos y podamos escalar a toda la red sin que suponga un incremento significativo de costes.
¿Por qué? Para testar, ajustar y mejorar -uniendo metodologías agile y lean- para obtener resultados desde el primer día y demostrar su utilidad con argumentos.
¿Cómo? Empezar por algunas unidades de negocio midiendo el avance constantemente, mejorando el modelo y escalándolo sin coste, además de utilizar métricas centralizadas que nos permitan tomar decisiones de forma ágil.
Por lo tanto, para hacer realidad la transformación que nuestra red necesita, tenemos que abordar un plan de ruta basado en la Experiencia de Cliente, que nos haga visualizar la unidad de negocio deseada y nos marque el camino desde donde estamos hoy, para avanzar, paso a paso, obteniendo resultados y mejora continua desde el primer día.
Así, no hay duda de que, si aplicamos estas mejoras concretas -con impacto en el cliente desde el primer día-, lograremos la transformación que nuestra red necesita, guiando la cultura de nuestras organizaciones hacia dónde se dirija el sector y haciendo realidad el futuro de nuestra compañía.
En el blog Experiencia de Cliente analizamos y evaluamos cómo mejorar la vida de las personas.
Todos somos clientes, todos dedicamos mucho tiempo a comprar o a consumir lo que compramos. Los tiempos en los que nos conformábamos con comprar sin más ya pasaron, ahora buscamos algo más, lo que experimentemos marca la diferencia.