Cinco errores comunes en la implantación de proyectos de Experiencia de Cliente

Publicado el 7 de marzo de 2018 por Alberto Córdoba

Nicolás Santamaría, Consultor Senior en Lukkap

¿Qué podemos aprender de las Spice Girls para mejorar en el proceso de implantación de un proyecto de Experiencia de Cliente?

En un estudio reciente, hemos comprobado “científicamente” que 5 de cada 6 consultores de Lukkap que escucharon a diario la canción Wannabe, de las Spice Girls, sabían recitar todas y cada una de las estrofas de la canción sin titubear. Si hemos conseguido esto en un equipo lleno de fans incondicionales de los Backstreet Boys, ¿quién nos dice que no podamos replicar el método a la hora de implantar proyectos de Experiencia de Cliente en las compañías?

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Siempre que empezamos la relación con un nuevo cliente, surge una inquietud común en todas las compañías: hemos lanzado 281.230 proyectos con el equipo, pero apenas calan y no conseguimos implantarlos; ¿por qué no se hacen realidad?, ¿qué hemos hecho mal?, ¿soy yo?, ¿son ellos?, ¿se está acabando la magia?

Nuestra respuesta: casi como escuchar a las Spice Girls una y otra vez para entender la totalidad de su grandeza, la clave es la práctica, la repetición, y el día a día. Los bombones porque sí, las flores un martes, unas galletas recién horneadas un jueves; triunfan y mantienen la llama viva por eso mismo, porque son gestos que, aunque se suelen tener en ocasiones especiales, sorprenden si se tienen un día cualquiera. La clave está en convertir lo ocasional en rutina.

Dicho esto, estaréis pensando que sí, que está claro que esto, sonar, suena muy bonito, pero el problema aquí es… ¿cómo lo hago? Pues bien, en este artículo traemos lo que pueden ser las notas clave para una canción espectacular. Hablemos sobre los errores más frecuentes y cómo los hemos afrontado nosotros en nuestro tributo a las Spice Girls:

  1. Olvidarnos de medir en consecuencia. ¿Por qué, si hemos introducido algo nuevo, preguntamos por lo mismo de siempre? Si tenemos un nuevo proyecto en la compañía, tenemos que pensar unos KPIs específicos para conocer su cumplimiento. Así, podremos ligar estos KPIs a nuestros indicadores habituales y ver cómo se relacionan con su cumplimiento.¿Cómo aumenta la satisfacción de nuestros clientes gracias a las Spice Girls? Para saberlo, primero teníamos que conocer si éramos capaces de cantar todos al unísono, en qué tono lo hacíamos, si seguíamos el ritmo adecuado… Métricas que, aunque parezca raro en una consultora, nunca habíamos tenido en cuenta en otros proyectos.
  2. Conformarse con formarse. ¿Cuántas veces hemos visto que nuestro equipo salía de una formación con la motivación por las nubes y que, a los dos días, se les olvidaban las buenas vistas que había ahí arriba? Las formaciones son una herramienta estupenda como kick off, pero no tanto como implantación. Planteémoslas como el pistoletazo de salida y, desde ahí, pasémosle el testigo a los líderes, que son los que deberán tener un papel crítico.Nuestra formación en Wannabe fue crucial para esclarecer la grandeza de la canción y, claramente, sin ella no habríamos entendido la letra, cómo seguir su ritmo y qué podíamos esperar al cantarla. Ahora bien, el hecho de tener un líder para cada estrofa, que nos guiase en el día a día, fue la clave.
  3. Definir unos pocos y no involucrar. Si este es un proyecto que repercutirá a gran escala, ¿por qué no pedimos ayuda? Explicar el porqué del proyecto y darle contexto y sentido, sumado al hecho de pedir participación, convertirán una imposición en un vínculo.Sabíamos que la pasión por los Backstreet Boys podía suponer un obstáculo, así que hicimos palpable la necesidad de abrir nuestra mente a nuevos artistas por el bien de nuestros clientes y preguntamos a los consultores por sus preferencias (fue una encuesta dura, con opciones como Britney Spears, Christina Aguilera o Chayanne) antes de lanzarnos con el desarrollo.
  4. Cambiar todo por completo. Teniendo grandes proyectos ya lanzados, ¿por qué no partimos de ellos para arrancar los nuevos? Aprovechar rutinas ya implantadas para añadir elementos de nuevos proyectos hará que estos se entiendan como una mejora, y no como un giro de 180º.Cantar a coro era algo totalmente nuevo en Lukkap, así que utilizamos nuestra herramienta por excelencia: el PowerPoint. Hicimos que los consultores transcribieran las letras a slides y conseguimos que llenaran todo de iconos y colores.
  5. Exigir a todos lo mismo. ¿Alguna vez hemos lanzado un proyecto y planteado los mismos objetivos a todos? Medir a todo el equipo con el mismo baremo puede resultar contraproducente si no conocemos las circunstancias de cada uno. Deberíamos ser capaces de adaptar nuestras métricas a cada escenario.En nuestro caso, analizamos uno por uno a los consultores y vimos cuáles eran sus puntos fuertes: ¿quién tenía el tono más alto?, ¿a quién le costaba mantener el compás?, ¿quién tenía tendencia a convertir un re en un fa? Claramente, no todos podemos ser como Victoria Beckham y, por eso, cada uno tenía sus propios hitos.

Traemos 5 notas para una sola canción. Ahora, en vuestras manos dejamos la combinación de ellas. ¿De qué dependerá? De la madurez de la compañía, el tamaño de nuestros equipos, la dimensión del proyecto, la transformación que supone, los gustos musicales del equipo…

El caso es que no hay un estándar y que tendremos que plantearnos estas cuestiones con cada proyecto. Sabemos que siempre es más rápido pensar, lanzar, y “a ver si funciona”, por lo que probablemente todo esto suene largo y tedioso. Pero si hay una cosa que hemos comprobado proyecto tras proyecto, es que pararse a pensarlo merece la pena.

PD: Os dejamos el videoclip. Sus 318.584.608 visitas (en el momento de escribir este artículo) demuestran que se trata de una obra maestra.

PD 2: Muy a mi pesar, el proyecto Wannabe no se ha llevado a cabo en Lukkap y tampoco se plantea su implantación en el corto plazo.


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